martes, febrero 22, 2005

Capitulo 1 (V)

Al salir de la enfermeria atravesamos la base hasta el llegar al chamizo donde nos esperaban para que informaramos. Toda aquella base habia sido construida a marchas forzadas. Salvo un edificio que ya se encontraba alli, una pequeña casa abandonada que habian acondicianado para que pudieramos dormir, el resto eran casetos prefabricados, como los que usan en las obras para guardar el material. Uno era la enfermeria, otro era para las duchas y los servicios y el que quedaba era al que nos dirigiamos, donde se presentaban los informes a aquellos tios de "nosedonde" que trabajaban para "vetetuasaberquien".
Desde el patio de la base se podia ver a lo lejos la ciudad, aquella ciudad en la que habia nacido y crecido. Una ciudad en la que ahora temia entrar y en la que antes se sucedia toda mi vida.
-Phill, ¿sigues conmigo?
-¿Eh?.. ah , sí; sigo aqui. Solo pensaba en la ciudad.
-Pues mejor seria que nos pusieramos a pensar en lo que le vamos a decir a los engabardinados.
Tom tenia razón, creo que a los dos nos caian igual de mal aquellos tipos. No nos decian para que servian nuestros informes, pero lo más irritante era que asentian a todo lo que les contábamos como si ellos hubieran estado alli.
Y aun por encima ahora habia que explicarles lo del niño pequeño; aunque ciertamente ya sabrian que estaba aqui.
-Pues les diremos lo que hemos visto, ni mas ni menos Tom.
-Si, sera mejor. De todos modos tengo la impresión de que a veces ni escuchan lo que les estamos contando.
Cuando llegamos ya estaban alli esperando, los dos con sus impolutas gabardinas y sus elegantes trajes.



-Sientense por favor - nos dijeron nada más entrar - Y ahora informen sobre todo lo que han visto hoy.
Entre los dos contamos todo lo que habia pasado ese dia; también quedaron sorprendidos cuando les explicamos aquel agrupamiento de "cosas" que querian matar al niño.
Pero extrañamente no mostraron ninguna reacción al hecho de que el niño no se viera afectado por los agujeros temporales.
-Bien, eso es todo, gracias por su informe.
¿Después de dos horas hablando eso era todo?. No, aquella vez también ellos nos tendrian que contar algo.
Fue Tom el que tomó la iniciativa en aquel momento.
-Nada de eso, ahora nos toca a nosotros escuchar lo que tengan que decirnos.
-No sé que es lo que tenemos que contarles a ustedes, sobre todo porque no estamos obligados a ello.
Esto lo dijo el más alto de los tipos que teniamos delante. Esa muestra de soberbia era lo que me faltaba por ver en esta situación.
-Pues de aqui no va a salir nadie hasta que contesten a nuestras preguntas - dije levantando un poco la voz.
-¿Si?,¿ y que es lo que van a hacer para conseguir eso? - preguntó el tipo más pequeño.
La respuesta fue que empujamos la mesa y los golpeamos a los dos en las costillas. Mientras estaban sin aire aprovechamos para registrarlos y - ¡Oh sorpresa! - iban armados.
Ahora eramos nosotros los que teniamos el control de la situación.
La primera pregunta que hicimos era por qué estaba pasando todo esto en esta ciudad.
Los dos se resistieron a contestar, y nosotros estabamos empezando a perder la calma. Yo tenia delante al más alto y le di un golpe en la cara.
-Lo próximo sera un tiro en la rodilla a los dos como no contesteis ahora.
Tom dijo esto de una manera que hasta a mi me asustó un poco, pero comprendí que a lo mejor asi hablaban.

Y no tardaron en hacerlo. Supongo que no se arriesgarian a perder la vida por dar información a unos tios que seguramente estaban condenados.
Empezó hablando el tipo bajo.
-Vale, os diremos lo que querais. - después respirar un par de veces siguió hablando - En esta ciudad habia un laboratorio de investigación avanzada; en el se estaba investigando sobre la posibilidad de abrir agujeros de gusano. Parece que consiguieron abrir un par de manera controlada, pero en el último experimento que hicieron las máquinas que usaban se escaparon a su control.
En ese momento continuó el engabardinado alto.
-Parece que ese agujero dejó a todos los que trabajaban en el laboratorio en el mismo estado que los que están ahora por la ciudad. Las máquinas siguen funcionando segun el programa de experimentos, pero ahora los agujeros se abren en momentos, lugares y tamaños aleatorios.
Aquello nos dejo atónitos; pero no era suficiente.

martes, febrero 15, 2005

Capítulo 1 (III)

-Phill - me dijo mi compañero - ese niño todavia está vivo, y lo van a despedazar.
-¿Qué dices? - pregunte incrédulo. Yo todavia no lo habia visto; pero entonces lo comprendí, esa era la razón de que se hubiese reunido un grupo tan grande. Bueno, grande, eran cinco, pero aqui, si se reunian dos, era para matarse, asi que esto no era nomral.
Me parecía sorprendente que todavía quedara alguien vivo en esta ciudad; y más un niño, rodeado de "cosas" dispuestas a matarlo simplemente por ser capaz de sentir.
-Tom, tenemos que hacer algo, y rápido.
Habia que darle a esta gente otro asunto en el que ocuparse. Dado su comportamiento violento lo primero que se me ocurrió fue empujar al hombre que tenia delante contra los que iban en cabeza.
Tom me miró con una expresión entre atemorizada y comprensiva.
Nos echamos hacia los lados del grupo que se habia reunido, los que iban delante se habian dado la vuelta y empezaban a dar una paliza al que yo habia empujado. No tardarian mucho en acabar con él.
Cogimos al niño; la "madre" no realizó el menor esfuerzo para retenerlo consigo. Lo que pasó aqui volvia a la gente a un estado de brutalidad primitiva, pero hasta el instinto más importante para la supervivencia de una especie habia sido borrado. ¿Que especie podria sobrevivir si no protegía a su descendencia?
-Vamos Phill , salgamos de aqui.
-Tomaremos el camino más corto hacia "la base"
Nos pusimos a correr tan rápido como podiamos. Al echar la vista atrás vi que los del grupo todavia estaban acabando con el pobre desgraciado al que empujé. Por suerte nadie nos seguía. Asi que para pasar desapercibidos dejamos de correr.
-¿Qué haran con el niño cuando lleguemos a "la base"? - me preguntó Tom.
-Supongo que le harán todos los análisis que puedan - le contesté - Quedarán tan sorprendidos como nosotros de que un niño no resultara afectado por los agujeros.
-Phill, ¿crees que tendremos que volver aqui para ver si encontramos más niños?
En aquella pregunta noté cierto nerviosismo, por no decir auténtico terror. Pero no hice ningún comentario sobre eso; después de todo yo me sentia igual. Me limité a responder casi mecánicamente.
-Puede que así sea; pero entre el origen de los agujeros y rescatar más niños, creo que es demasiada búsqueda para un solo grupo.
Cuando salimos de la ciudad me fallaron las piernas y estuve a punto de caer; esto era demasiada tensión para cualquiera. Tom se habia apoyado contra un muro y sostenia al niño, intentando calmarlo. Descansamos un rato antes de continuar hacia "la base".
Cuando llegamos, los que se cruzaban con nosotros le preguntaban a Tom que era lo que llevaba en brazos envuelto en su abrigo. Y en todos la reacción era la misma cuando lo averiguaban.
Lo llevamos hasta la enfermeria, pero intuiamos que iba a estar poco tiempo alli. Pronto se lo llevarian a una zona de aislamiento entre "la base" y el cerco de la ciudad. En aquel lugar le harian todas las pruebas que creyeran convenientes.
En ese momento me encontre a mi mismo preocupándome por un niño al que nunca habia visto, y que con toda probabilidad, nunca volveria a ver.
No hablamos nunca de ello, pero estoy convencido de que Tom sentía exactamente lo mismo.
Lo habia juzgado mal cuando nos conocimos en esta frontera del mundo con el vacio. En aquel momento me dio la impresión de que era un individuo demasiado idependiente como para preocuparse por cualquier otra persona.

viernes, febrero 11, 2005

Capitulo 1 (continuacion)

Sin duda algo serio habia pasado. Por ahora solo habia sucedido en esta ciudad; pocos habian conservado su mente y todavia eran capaces de pensar. Pero no sabiamos si nos afectaria tambien.
El resto del mundo sentia miedo de que pudiera volver a ocurrir.
En aquel ultimo dia normal nada hacia presagiar que a la mañana siguiente la gente se habria convertido en seres de comportamiento mecanico; no habia preguntas, no habia respuestas, ni siquiera las mas minimas muestras de sociabilidad.
Ese hueco en el tiempo se abria aleatoriamente, todos los que resultaban afectados caian en una cuasi-muerte cerebral. Solo mantenian las funciones mas primitivas de su cerebro.
Esto es lo que provocaba accesos de violencia extrema; los restos de los que morian quedaban en la calle pudriendose, los que seguian en pie se comportaban como si nada hubiera pasado.
¿Quien querria provocar algo asi?, y todavia peor, ¿para que?
-Tenemos que volver la base- dijo mi compañero - aunque no se de que podremos informar.
-Si, ya es hora.
En varios puntos del planeta se habian observado estos huecos, por suerte no habian caido sobre ninguna zona poblada. Pero solo seria cuestion de tiempo.
La ciudad permanecia rodeada para que nadie pudiera entrar ni salir. Los 24 que quedabamos eramos los que nos arriesgabamos a entrar en la ciudad, asi no se contaminaria nadie mas. Por lo menos eso es lo que nos habian dicho.
Aqui los huecos se abrian con mas frecuencia. La conclusion logica es que lo que los provocaba estaba aqui.
- Volvamos, pero lo haremos por otro sitio. - dije - Puede que observemos uno de los huecos, a ver si hay algun indicio de donde se generan.
Mi compañero me contesto con un optimismo desbordante:
- Si ni siquiera los satelites son capaces de averiguarlo, ¿como lo vamos a conseguir nosotros.?
- No lo se, pero hay que intentarlo. A lo mejor esta en algun sitio que los satelites no pueden ver.
Cuando iba a aparecer uno de los huecos temporales la tierra temblaba casi imperceptiblemente. Y eso solo se notaba en esta ciudad. Esto reforzaba la hipotesis de que todo surgia desde aqui. Habra que seguir buscando.

Apocalipsis del pensamiento - Capitulo 1


Era una mañana lluviosa de marzo y yo caminaba cabizbajo, con el hastío de siempre, bajo las goteras del cielo. A mi paso oía los ruidos producidos por las alimañas entre la basura que huían en busca de un rincón que se les antojase más seguro.

Tenía que hacer penosos esfuerzos para evitar pisar en los charcos de sangre y otros vertidos que me rodeaban por doquier. Ni siquiera sentía las nauseas de las primeras veces, me resultaba increíble cómo el ser humano se acaba acostumbrando a todo.

Las pocas personas que pasaban iban mirando al frente. En sus máscaras petrificadas no se distinguía ningún atisbo de sentimiento cuando tropezaban con algún desperdicio humano. Los más sensibles sólo aflojaban un poco el paso para luego apurarlo. Ya quedábamos pocos, apenas un par de docenas y, todos, excepto nosotros dos, permanecían a la espera de nuestros informes en las afueras de la ciudad. El resto de los ciudadanos que deambulaban aquella y todas las mañanas anteriores desde hacía ya mucho, tenían tanto de humanos como las piedras.

Seguí caminando, la lluvia parecía haber amainado, procuraba mirar al frente; nadie debía sospechar que aún tenía alma. Iba almacenando información a medida que avanzaba; aquel hueco del tiempo actuaba rápido con las personas, en las cosas aún no teníamos claro cuál era el efecto