miércoles, julio 02, 2008

Capitulo 4 (I)

Decidieron que por ese día ya no podían hacer más, así que cada uno se fue a dormir como buenamente pudieran. Pero en cuanto Tom y Phill se quedaron solos empezaron a planear lo que deberían hacer en los siguientes días.

- Supongo que lo primero es conseguir que Carla nos diga lo que sabe. – dijo Tom, mirando aun a la puerta por la que habían salido las dos mujeres – Por que estoy convencido de que sabe mucho más de lo que quiere hacernos creer.

- ¡¡Vaya!! - exclamó Phill, esbozando una sonrisa algo pícara – Se ve que has leído muchas novelas baratas de detectives. – Tom también se rió – Eres muy perspicaz. Pero tienes razón, debería contárnoslo todo.

En cuanto al chaval, acordaron hacer dos cosas, una mantenerlo oculto hasta que pudiesen volver a la ciudad, y otra, preguntarle su nombre.

- No hay que perder las buenas maneras, habrá que presentarse formalmente si vamos a seguir juntos en esta aventura. - dijo Phill adoptando un burlón tono serio.

Como los dos ya estaban notando el cansancio de lo que sin duda había sido el día más largo de sus vidas, se echaron en sus camas para dormir. Por la mañana ya se encargarían de conseguir de Carla alguna información que pudiese ser de utilidad.

Aquella noche transcurrió sin percances, como casi todas las noches en aquel lugar, era una especie de cínica tranquilidad, agravada por el hecho de que se dormía sin llegar a descansar.

El sobresalto llegó por la mañana, a Tom lo despertó el ruido de cosas rompiéndose, y cuando por fin pudo establecer en que lugar del mundo estaba, lo que vio le dejo a cuadros. Phill tenía en las manos la escopeta de dardos y apuntaba al chaval, y el chaval sostenía uno de los platos de la cena del día anterior con intención de lanzarlo en clara trayectoria a la cabeza de Phill. El otro plato ya había sufrido esa suerte, pero fallando el blanco y estrellándose contra la pared.


- ¡Que demonios pasa aquí¡ - dijo Tom algo enfadado - Ya ni se puede dormir tranquilo; conseguís que eche de menos mi casa al lado de las vías del tren.


Phill contesto antes de que el chaval pudiese abrir la boca.


- Digamos que todavía tenemos un pequeño problema de confianza mutua. Nos despertamos a la vez, conseguí coger la escopeta antes que él y no le ha parecido buena idea.


- Devuélveme mi escopeta. – chilló el chaval – No creas que tengo miedo a un par de viejos como vosotros.


A Tom esta situación le pareció totalmente delirante, así que se esforzó por reunir todo el autocontrol que pudo e intentó hacer de mediador.


- ¡Vamos a calmarnos un poco! Lo primero es que tú me vas a dar la escopeta y tú el plato. Lo segundo, te vamos a contar todo lo que más o menos sabemos y nos vas a ayudar a volver a la ciudad cuando nosotros te digamos; y sobre todo, nos vas a decir como te llamas.


Por un momento Phill se quedó con los ojos como platos, nunca habría esperado de Tom un tono tan convincente y menos una actitud tan decidida pero mesurada, así que dejó la escopeta a un lado.


El chaval soltó el plato de inmediato y bajo la mirada como sintiendo el peso de una autoridad paternal, que sin duda estaba difuminada a causa de la situación que estaba viviendo.

- Me llamo Alex.

martes, febrero 07, 2006

Capitulo 3 (V)

Aquel intermedio mientras iba a buscar algo de comer me daba un poco de tiempo para pensar en todo lo que habia ocurrido hasta ahora. Ciertamente, si se hubiera hecho una pelicula con semejante historia, habria pensado que los guionistas trabajaban bajo los efectos de sustancias muy perjudiciales para la salud mental; sustancias que sin duda tambien consumian los productores. Incluso estando en medio de todo esto, realmente me costaba creer que fuera real.
Por suerte en el comedor, por llamarlo de alguna manera, ya no quedaba mucha gente y a los que estaban alli no los conocia mucho; lo que me evitaba tener que mantener incomodas conversaciones.
El menú no parecia muy apetitoso, alguna comida de lata calentada en una inmensa olla que habia vivido tiempos mejores. Asi que cogí una bandeja y un par de platos y me encaminé a la salida de la habitación. Casualmente y para mi suerte, en aquel momento llegaban la enfermera y la chica joven con las que queriamos hablar. Urdiendo una estratagema bastante pobre para poder decirles que teniamos que reunirnos, tropecé con ellas como quien no quiere la cosa. Eso me dio el tiempo justo para decirles que comieran algo y que después vinieran a nuestro encuentro.
Cuando llegué a nuestra habitación el muchacho estaba apuntando a Tom con la escopeta de dardos; y por suerte ya se habia quitado las gafas de buzo.

- Aqui esta la comida, espero que sea lo que sea os guste. - El pobre chaval no presto atención a mis chascarrillos, tenia la mirada fija en los platos. Le di uno y empezó a comer rapidamente.
- ¿Tu no comes? - me preguntó Tom - Como sigas asi vas a perder esos kilillos que te sobran.
- Juas juas juas, yo es que me parto contigo. - aunque la verdad era que si, que me sobraban unos kilos - No gracias, ahora mismo no tengo hambre. Por cierto, en el comedor me encontre con las dos mujeres. Espero que me hayan hecho caso y vengan dentro de un rato.
- Pues mientras tanto podiamos pensar en como explicarles todo lo que queremos hacer.
- No creo que resulte muy dificil, seguro que con las preguntas que hagan ya nos iremos arreglando.

Después de comer el chaval aflojó un poco su estado de tensión, y al rato ya estaba durmiendo profundamente; lo que nos venia de maravilla para poder hablar con la enfermera y su amiga.

- Por fin puedo quitar de en medio esta maldita escopeta. - dijo Tom con un suspiro de alivio - A saber que guarrerias inyectan estos dardos.
- No creo que nada peor que lo que se come aqui. - le dije señalando el plato que habia dejado vacio - La verdad es que me sorprende que el chaval aguantara tanto tiempo sin caer por el cansancio. Pero me hace confiar en que nos resulte de ayuda en nuestro plan.

Las dos mujeres llegaron a nuestra habitación al cabo de un rato, y parecieron no darse cuenta de que el muchacho estaba durmiendo alli, metido en uno de nuestros sacos de dormir. Eché una rapida mirada a Tom, que comprendió perfectamente, tomando la decisión de no hablarles del chaval hasta que fuera necesario. Primero queria saber que estaban dispuestas a hacer en la ciudad y si realmente podriamos confiar en ellas.
La primera en hablar fue la enfermera.

- Bueno, ¿para que querias que vinieramos aqui?

sábado, octubre 29, 2005

Capitulo 3 (III)

Yo todavía seguía sosteniendo a Tom, casi ni me daba cuenta de que lo hacia con lo asombrado que estaba. Aquel chaval, tendría unos 14 años, era tan parecido al niño que encontramos que llegué a pensar que habría crecido repentinamente desde que lo dejáramos en la enfermería. Resulta increíble como a veces llego a pensar de una manera bastante absurda.

- Phill, creo que ya puedes soltarme. – susurró Tom – Esta situación resulta bastante ridícula.
- Oh, si, perdona. – aquello fue todo lo que mi mente fue capaz de contestar.

Ahora, ya de pie uno a lado del otro, vimos como el chaval bajaba del techo del barracón sin dejar de apuntarnos. Se acercó a nosotros, y mientras lo hacia, noté como Tom intentaba ahogar una carcajada. Me resultaba increíble que le entraran ganas de reírse en una situación como esta, pero solo hasta que pude ver de cerca al pistolero solitario. Con aquellas gafas de buceo tenia un aspecto realmente…. peculiar. Casi también se me dio por reír a mi; pero por fortuna nos contuvimos los dos bastante bien.

- Parece que os tengo cagaos de miedo, ¿eeehhh? – el chaval malinterpretó nuestros temblores. A mi casi me dolía la cara del esfuerzo por contener la risa.
- ¿Cómo has llegado hasta aquí? - pregunté. El inoportuno ataque de risa había cesado y conseguí hablar seriamente.
- Por correo. ¿Pero tú que crees? Vine a pie. – contestó el chaval. Era evidente que tenía ganas de evitar preguntas tontas. Ciertamente, después de pensarlo, a mi también me pareció una pregunta bastante estúpida. Me dije que no podía subestimar a alguien que, siendo tan joven, había sobrevivido en la ciudad.
- ¿Y para que has venido a este lugar precisamente ahora mismo? – la pregunta de Tom resultaba mas pertinente, sin duda - ¿Por qué no saliste antes de la ciudad?
- Porque en la ciudad estaba buscando a mi hermano, y os vi a vosotros dos traerlo hacia aquí. Así que me vais a decir donde está o probaré con otro dardo venenoso mortal.

Tom y yo nos miramos un breve instante preguntándonos como le podíamos decir al chaval donde se encontraba su hermano y lo que le estarían haciendo seguramente. Aquel momento resultó incomodo, y el chaval parecía perder la paciencia, así que, haciendo de tripas corazón, me dispuse a contarle la bola mas grande que jamás se echara a rodar.

- Tu hermano está en un sitio muy agradable con gente que lo va a cuidar muy bien, no tienes que preocuparte de nada. – el codazo que me dio Tom en las costillas si que fue agradable – Si vienes con nosotros te daremos algo de comer y nos podrás contar como has sobrevivido en la ciudad hasta ahora. – no tenia aspecto de estar muy convencido, pero hizo un gesto de asentimiento y nos pusimos a andar hacia la “cocina” de la casa con el muchacho siguiéndonos a cierta distancia.

- !¿Pero que haces?¡ – Tom estaba realmente enfadado – Deberíamos hacer que lo llevaran con su hermano, por lo menos así estaría más seguro.
- No hace falta que me hables en ese tono. – contesté - Ya me siento bastante repugnante por mentir al pobre chaval como para que aun encima tu te enfades conmigo. El muchacho este ha sobrevivido en la ciudad; puede servirnos como guía mostrándonos los caminos más seguros.
- ¡No te atreverás! – la indignación que inundó a Tom fue un duro golpe para mi. Aunque no lo culpaba por sentirse así.
- Hablaremos más tarde – eso fue todo lo que di por respuesta.

miércoles, agosto 10, 2005

Capitulo 3 (I)

Aquella noche Tom y yo nos pusimos a planear la que esperabamos que fuese la visita definitiva a la ciudad. Pasara lo que pasara sabiamos que era muy probable que todo terminara para nosotros, tanto como si descubriamos las causas de esta situación como si no.

-Lo primero es salir de "la base" sin que nadie nos vea. -me dijo Tom.
-Tienes razón -conteste pensativo- lo mejor sera salir mientras estan todos descansando.

Estábamos hablando en una terraza que habia en el segundo piso de la casa; suponiamos que desde ahi nadie nos escucharia. Además, desde esa terraza se veia estupendamente la puesta del sol. Mientras estabamos decidiendo el camino a seguir desde "la base" hasta la ciudad, escuchamos como dos personas discutian. Parecia provenir de una habitacion en el primer piso, en la parte de atras de la casa, no llegabamos a entender completamente de que estaban hablando, pero tenia que ver con trabajar para alguien y que eso se habia acabado.
La discusión acabó bruscamente y lo siguiente que escuchamos fue un sollozo incontenido.
En cualquier otro lugar y contexto seria una conversación sin más, pero aqui, sin duda alguna, todo ocurria por alguna razón. La curiosidad pudo con nosotros. Entramos en la casa y bajamos las escaleras esperando que las personas que habian discutido siguieran alli cuando llegáramos. Cuando estabamos llegando a la puerta de la habitación, oimos que las dos personas que estaban alli empezaban a hablar de nuevo.

-Ahora que ya has llorado bastante, podrias explicarme que es lo que pretendes conseguir.
Tras una breve pausa, la otra voz, que sonaba mucho más joven que la primera, contestó, aun ahogada por el llanto.
-Buscaba algo de información. Vi que usted informaba a los dos hombres de Newlight, y queria saber que era lo que tenia tanta importancia para ellos.
-¿Y para qué querias saber algo sobre eso?
-Porque aqui hay dos personas que estan intentando decubrir que es lo que ha pasado, y siento la necesidad de ayudarles. Desde que trajeron a aquel niño supe que, o hacemos algo por nuestra cuenta, o este sera el último lugar que veremos.
-Te entiendo. Yo tomé la misma decisión cuando se llevaron al niño. Pero todavia no sé por donde empezar.
-Pues lo primero que podemos hacer es buscar a Tom y a Phill.
-¿A quién?
-A las dos personas de las que te he hablado.
-Si, me parece buena idea. Esperemos que todavia sigan aqui en "la base".

Al acabar de hablar salieron de la habitación y antes de que se cruzaran con nosotros cogí a Tom del brazo y lo llevé a una esquina oscura para evitar que pudieran vernos. No era el momento de tomar decisiones precipitadas, teniamos que estar seguros de con quien podiamos contar, y para qué.

-Parece que tenemos aliados aqui dentro. - me dijo Tom de repente.
-Eso habrá que verlo, - le respondí - pero ciertamente no nos vendria mal un poco de ayuda. En todo caso lo primero es preguntarles que es lo que saben. Esperemos que sea algo de utilidad.
-Mira que eres pesimista Phill, por una vez podrias opinar que hemos tenido buena suerte.
Me quede pensando un momento y contesté a Tom.
-Esto sera buena suerte si llegamos a resolver esta catástrofe. Mientras tanto solo es una ocasión que podemos aprovechar.

Ahora habia que hablar con nuestros inesperados aliados y cambiar nuestros planes. Mientras caminábamos para ir al encuentro de esas dos mujeres medité sobre algo que no habia tenido en cuenta; ¿que pasará después de todo esto?. Otra pregunta rondaba por mi cabeza, y sin duda era la que más inquietud me provocaba; sentia curiosidad por llegar a averiguar si la gente que se habia convertido en "sombras" podria volver a un estado normal.
¿Quién sabe?, a lo mejor podriamos invertir el proceso de los agujeros temporales.

martes, abril 05, 2005

Capitulo 2 (IV)

Sentada en aquel banco, mirando la cielo, Carla se sintió como si estuviera alli descansando de un paseo por el parque; por un momento olvidó todo lo que habia sucedido. En aquel breve instante se sintió otra vez dueña de su vida.
Pero la realidad llegó de nuevo, y lo que le mostró fue a Tom y a Phill saliendo precipitadamente del cuartucho de reuniones. Eso no le pareció extraño, lo raro vino después. Tambaleantes y con evidentes señales de haber sido agredidos, los dos hombres de Newlight salieron de aquel pequeño barracón. Miraron hacia todos los lados y en cuanto se aseguraron de que no habia nadie cerca empezaron a andar.
-Parece que recibieron algo de lo que se merecen- pensó Carla - ¿Tom y Phill habrán conseguido algo de información? Ahora estoy segura de que traman algo.
Cuando se dio cuenta de que los dos hombres se dirigian hacia alli se levantó y se ocultó tras la esquina de la enfermeria.
-Espero que no me hayan visto. Aunque dudo que les importe mucho que yo pueda estar aqui.
Entraron en la enfermeria, ella pudo ver lo que ocurria desde un ventanuco que habia en esa pared. Por un momento le pareció que la enfermera tenia en la mano algo parecido a una agenda electrónica, pero lo guardó rapido en un cajón de la estanteria que habia alli dentro.
-Si trabaja para Newlight seguro que la obligan a tomar nota de todo lo que sucede, o por lo menos de lo que se pueda enterar.- Carla consideró que esa podria ser información útil - Por alguna parte habra que empezar a encajar las piezas. Tengo que coger esa agenda, quizá asi pueda ayudar a Tom y a Phill.
Mientras pensaba en como podria hacer para robar la agenda, los dos hombres de gabardina salieron de la enfermeria, se llevaban al niño con ellos.
-Bien, ahora solo falta que también salga la enfermera. Pero nunca sale de ahí; habra que distraerla con algo...
Cuando ya estaba empezando a pensar formas de sacar a la enfermera, sucedió algo que no esperaba ni en lo más minimo. La enfermera salió del barracón y se fue a sentar en el banco que ella habia dejado hace un momento.
-Esta es mi oportunidad.
Se deslizó a lo largo de la pared de la enfermeria intentando no hacer ruido. La enfermera parecia absorta en sus pensamientos. Llegó a la puerta y comprobó que por suerte estaba abierta. Entró y se fue directamente al cajón donde estaba guardada la agenda. La cogió y volvió a salir sin que la enfermera se enterara de nada.
Se fue a la casa ruinosa donde dormian todos los supervivientes y buscó alguna habitación vacia donde porder revisar la agenda sin que nadie la molestara.
Encontró una hacia la parte de atrás, se sentó apoyada contra la pared y abrió la agenda electrónica.
Ahora tambien estaba de suerte, no tenia contraseña.
-Parece que no esperaba que nadie supiera que espiaba en "la base" para Newlight.- pensó mientras empezaba a leer la anotaciones de la agenda.
Los entradas en la agenda no parecian ser muy relevantes, salvo porque todos los que acudian a la enfermeria pedian algo para aliviar dolores crónicos de cabeza y fatiga.
-Resulta irónico, - pensó Carla- los que han quedado afectados se convirtieron en bestias que parecen no necesitar descanso, en cambio los que sobrevivimos nos encontramos fatal. ¿Por qué sera? Apenas conseguimos dormir, puede que esa sea la causa, con tanta tensión quien puede dormir.
Entonces, sin darse cuenta, empezó a pensar en el dia en que habia sucedido todo; ella llegó tarde a los laboratorios de Newlight porque su madre habia apagado el despertador y ella siguió durmiendo.
-¿Por qué pienso en eso ahora?- se preguntó.
Cuando llegó a la ciudad el agujero ya no estaba, no lo habia visto, pero llegó cuando desapareció el edificio administrativo donde ella trabajaba. Entonces fue cuando empezaron a aparecer las sombras.
-No, no creo que la explicación sea tan sencilla- dijo para si - Tendria que preguntarles a todos que hacian cuando apareció el agujero. En todo caso puede que la respuesta aun esté en Newlight. Tenemos que ir alli.
Tenia que hablar con Tom y Phill; si ellos eran los únicos dispuestos a hacer algo ella queria ayudarlos.
Se levanto de aquella mohosa habitación y se fue a buscarlos.